ÑETE
Hablar de Ñete es hablar de una de las leyendas musicales de nuestro país. De un hombre que ya desde pequeño golpeaba todo lo que se le cruzaba en casa hasta que llegó a sus manos la primera batería. Ahí empezó su historia con la música y con Nacha Pop, sus primeros éxitos.
Ñete, como así se le conoce en el mundo de la música, nació un 13 de enero de 1953 en Madrid. Estamos hablando de uno de los grandes, de un hombre que vivió y sigue viviendo la música como nadie. Conocedor de todo lo que se cocía, se sumergió en la Movida Madrileña y ha formado parte de grupos que nos han hecho vibrar durante años.
Pero todo comenzó gracias a los Reyes Magos que de pequeñito “me trajeron un tambor, porque por lo visto me pasaba el día dando golpes en todas las superficies que se me ponían a tiro, piernas, mesas, sillas, e incluso algunas pareces. Lo considero mi inicio inconsciente en la música”.
Además, sus hermanos ayudaron a desarrollar ese instinto musical que ya brotaba en Ñete. “Con los tres mayores montamos un grupo casero haciendo versiones instrumentales. Imaginad cómo sonaba eso. Yo con mi tambor y mis hermanos con guitarras españolas: horroroso. Pero nos lo pasamos bien”.
Ya definido el instrumento que le hacía sentirse bien, por los años 60 formó “un grupo con unos amigos que se llamaba Brahma. Tocábamos canciones de Creedence Clearwater Revival y ensayábamos en unos locales por la carretera que les llamaban ‘Locales de Papi’”.
A partir de ahí comenzaron a sonar por salas y bares hasta que llegó el primer concierto serio y anécdotas sin parar. “Fue en la sala Palacete de la Calle Federico de Ricci por Argüelles. Recuerdo que por mi edad, el dueño, que se llamaba Antonio, me escondió detrás de unas cortinas por la llegada de dos policías debido a un tema de la licencia del local. No me olvidaré de ese hombre, porque marcó mi forma de tocar la batería. Me decía e insistía: - dale a la caja y al bombo, que suenen, que eso da carácter. Y en eso he basado y empleado mi energía al tocar”. Fue el inicio de lo que llegaría con el tiempo.
Además de la batería, la guitarra también forma parte de la vida de Ñete. De hecho, remarca, “estuve acompañando con una guitarra a un par de autores de esa época, Carlos Luengo y Leandro, por desgracia víctima de la carretera. Con él, volviendo de tocar en un pueblo de Zamora, fuimos testigos del accidente mortal de la cantante Cecilia. Impresionante. Por mi relación con estos cantautores y su discográfica (Hispa-Vox), entré en contacto con Tony Luz, guitarrista de los Pekenikes y pareja, o mejor dicho expareja, de Karina. Con dos colegas más montamos un proyecto que tenía Tony en la cabeza que se llamó Zapatón . Grabamos un LP en Hispa-Vox”. Por el estilo rockabilero del grupo tocaron “en el estreno de la película Grease y al año siguiente fuimos la banda en un musical en el Teatro Barceló basado en ‘La vida de Elvis Presley’. La anécdota es que en la audición se presentó el Gran Wyoming pero con los pelos por la cintura daba la talla, pero no la imagen”.
Sus andanzas por el mundo de la música le llevaron a tocar con un grupo de Ponferrada, León, llamado ‘Menta’ y por la misma época “conocí a Burning porque su bajista en ese comento era de Bembibre. Fue una etapa oscura y confusa”, continúa Ñete.
Meses después Ñete conoce a “Antonio Vega por amigos, quien ya estaba haciendo sus pinitos en el Liceo Francés. Le dejé mi ‘ampli’ de guitarra para que lo guardara o vendiera y cuando me volví a poner en contacto con él para ver si lo había vendido, me preguntó si conocía algún batería. Enseguida le contesté: yo, así que volví de Ibiza, a donde me había ido para aclararme”, y comenzó su despegue musical.
Nacha Pop se convirtió en su grupo. Local de ensayo “y grabación del primero de Nacha Pop, concierto con Los Ramones y a partir de ahí, numerosos momentos de risas, ilusiones, placeres y amistad. No puede pedir más. Pero el tiempo pasa y como dice Antonio: ‘todo crece perpendicular’, incluso los problemas. Comenzamos a tener desavenencias y me fui”.
Más tarde se enrola con la ‘Mode’ . “Siempre agradeceré la enseñanza de tocar en directo con claqueta. Llevaban muchas cosas programadas y era necesario el uso de claqueta, que yo nunca había utilizado. Aprendí, a no escucharla, sino a sentirla. Gracias a esto tuve mucha facilidad para grabar con diferentes grupos con los que he grabado y colaborado. Creo que he grabado alrededor de 450 canciones. Uno de ellos fue ‘Te huelen los pies’ de Emilio Aragón , con el cual montamos un pequeño grupo de góspel con Antonio Vega y cantando la hermana de Emilio, Rita”.
Más tarde se enrola con “ Derribos Arias , grupo que creo que me cargué”.
Su batearía, con ese sonido característico hizo que Ñete grabara y girara con los grandes, “Siniestro Total, Duncan Dhu, Toreros Muertos, Los Secretos, Los Romeos, Dinamita pa los Pollos, Pabellón Psiquiátrico, Luis Laguardia, Las Flores del Mal, Sonora (Nacho Béjar), y con Sabina recorrí medio mundo. He colaborado en cantidad de discos homenaje. Muy buenos recuerdos en mi época con La Frontera, de los directos más satisfactorios que he hecho con ellos fue en la Expo de Sevilla, con la grabación de ese directo.
Y es que sus influencias musicales también tuvieron mucho que ver, una gran cantidad de grupos y estilos muy variados que van desde “Creedence Clearwater Revival, Allman Brothers, Fleetwood Mac, Eagles y AC/DC, hasta Paul Carrack, Christopher Cross, Boston, Tom Petty o The Cure. Nunca me gustaron los Rolling Stones, Pink Floyd, yo qué sé… Pero voy a nombrar una canción que escuché hace mucho y me impresionó: ‘Music’, de John Miles. Tremendo. Una mezcla de pop y clásico para aquel momento”.
Aunque es batería, “la guitarra la uso para componer. Te sientas y unes acordes. No importa cuál. Marcas un ritmo y vas jugando con acordes. No tengo métodos. Tengo momentos, sobre todo. Me gusta componer en grupo. Me siento en la batería. Comparto la idea que he tenido y entre todos sale algo limpio.
A punto de cumplir años y con una dilatada carrera en la escena del pop español, casi 50 décadas, el problema más serio para Ñete al que se enfrentan los autores “es la maldita inteligencia artificial e Internet. Se comparten las obras y utilizan de forma a veces casi gratuita y sin apenas resultados, ni promocional y menos económicos y con la IA, al no haber todavía una legislatura concreta y detallada, se utilizan contenidos protegidos por derechos de autor sin consentimiento del autor. Las tarifas de autónomos apropiadas al ritmo de trabajo de este oficio que suele ser periodos cortos y no todo el año, podría ser una buena medida para mejorar las condiciones laborales. Epígrafe en Hacienda para autores”.
Ñete lleva en SEDA desde su creación. “Fui a las primeras reuniones cuando se estaba gestando y aquí estoy. Me aporta que, después de casi 50 años de oficio, de pelea, de enfadarme y discutir con compañeros, de pensar que estamos con el en culo al aire, aparece una gestora que veo que es limpia y se preocupa por gestionar no mis derechos, sino los derechos que creo que tenemos los autores. No soy uno gran autor, pero los años que no he cobrado nada en otras gestoras, resulta que aquí si cobro”.
A día de hoy Ñete está metido en producciones técnicas de festivales. “Me divierte mucho la organización de un concierto, organizar equipo de sonido, horarios, equipo técnico, necesidades de ‘backline’ de los grupos. La relación con managers y oficinas y sobre todo, la relación con los grupo”.